Hace una semana tuvimos la gran oportunidad de hospedarnos en este maravilloso lugar. Vinimos atraídos por las vistas espectaculares y al llegar, nos encontramos con un lugar limpio, cómodo y moderno. El personal que trabaja en el hotel es una familia de tres generaciones, los cuáles son los dueños de este pedacito de paraíso en el medio de siete hectáreas de viñedo. Giuliano, el abuelo, me permitió ayudarlo en las labores del campo. A pesar de yo no hablar italiano tuvimos una linda conversación que siempre guardaré en mi corazón. Espero que la vida me permita volver algún día (en tiempo de cosecha). Muchas gracias a Noemí por ser tan amable y servicial. Lugar muy recomendado. Yaimara y James